"INDICIOS BIOLÓGICOS"
Señala el autor Luis Rafael Moreno González que los indicios (material sensible significativo) relacionado con los hechos que se investigan, constituyen el objeto formal de estudio de la criminalística. Así mismo refiere que los indicios son testigos mudos de los hechos delictuosos, cuyo lenguaje solo la ciencia entiende, apartándose de esta manera de la mentira o del error.Los indicios pueden ser encontrados tanto en el escenario del delito, en el cuerpo de la víctima o del victimario, como de las áreas relacionadas, ya sean próximas o distantes. Su manejo inadecuado conduce a su contaminación,deterioro o destrucción, siendo éstas las causas más frecuentes que impiden su ulterior examen en el laboratorio.
El examen forense de los
indicios, también denominados evidencia física, comprende los siguientes pasos:
su reconocimiento en la escena del crimen, su registro documental con relación
a la propia escena, su colección y preservación, su análisis, la interpretación
de los resultados derivados de su examen y, finalmente, el reporte de los
mismos, es decir, la emisión del dictamen.
El objeto de la búsqueda
en el lugar de los hechos o sus alrededores, es descubrir indicios, o sea,
evidencia que permita contestar las siguientes interrogantes:
Qué ha sucedido, quién es la
víctima, quién es el autor, cómo y con qué se produjo el
hecho, cuándo, dónde se cometió y por qué se produjo.
Para que tengan valor
criminalístico y, por lo tanto, también procesal, los indicios, testigos mudos
de los hechos, deben reunir ciertas condiciones, a saber: que guarden relación
con el hecho primordial que debe servir de inicio para la conclusión que se busca;
que reunidos en su totalidad no conduzcan a conclusiones diferentes; que
conduzcan lógica y naturalmente al hecho de que se trate, es decir, que sean
directos; que sean concordantes entre sí, y, finalmente, que se funden en
sucesos reales o probados, nunca, por ende, en otras presunciones o indicios.
Para Saldaña, la criminalística
es la ciencia auténtica del descubrimiento delos crímenes y de la busca de los
criminales.
1. ESTUDIO DE LA SANGRE
El estudio de los rastros de sangre abarca dos momentos,
1) el químico,
que se lleva a cabo en el laboratorio, y
2) reconstructivo, que se cumple
el escenario del delito, como signo del crimen, como indicio del violento hecho
perpetrado. En efecto, por esas trazas e impresiones sangrientas, se
reconstruye el crimen y, a veces, es posible llegar hasta el conocimiento del
mecanismo del delito. Esta fase del examen e interpretación de las manchas y
rastros de sangre en el lugar de la tragedia, es la Exploración preliminar, la
cual constituye la primera parte del problema criminalístico a resolver.
Después de esta fase, denominada hematoscópica, se procede a su levantamiento,
a fin de ser transportadas y examinadas en el laboratorio.
Establece el autor, que la sangre
posee significación propia e indudable valor reconstructivo, como signo casi
inevitable del crimen. En el lugar en donde ocurre un hecho violento, casi
siempre vamos a encontrar sangre, el sello biológico certificatorio del mismo.
A la variedad morfológica de este indicio sangriento, genéricamente se le
denomina, en su conjunto, imagen hematoscópica, misma que ha de ser estudiada e
interpretada.
Resulta evidente que la situación
y forma de las manchas están en relación con la índole de las heridas, las
situaciones de víctima y agresor, los movimientos y una serie de circunstancias
que se deducen en el escenario del crimen. Por o que para no pasar por alto la
micro evidencia, conviene llevar a cabo la observación del lugar con
instrumental apropiado, específicamente, un amplificador binocular con fuente
de luz propia, ya que en esta disciplina científica la tarea fundamental
consiste en saber mirar y ver bien.
Examen e interpretación de la
imagen hematoscópica
La observación minuciosa de las
máculas sanguíneas existentes en la víctima y sus vestidos, es muy importante
para la investigación. Por esto nos esforzamos en fijar su posición y aspecto
en forma definitiva, utilizando el único medio cuyos resultados son precisos,
en estos casos la fotografía.
La exploración del sospechoso
debe ser temprana y exhaustiva, a fin de reducir el mínimo tiempo que sea
posible cualquier oportunidad de suprimir o alterar los indicios delatores. El
examen del sospechoso no solo demanda competencia y parsimonia, experiencia y
método, sino también sagacidad e ingenio.
En el examen de la escena del
crimen y sus alrededores, de la víctima y de los sospechosos, así como en el de
los objetos que asumen caracteres de piezas de convicción, cabe la posibilidad
de encontrar “manchas”, es decir, máculas más o menos semejantes a las
producidas por sangre.
Estudio bioquímico del indicio
hemático
Para demostrar la naturaleza
sanguínea de la mancha, disponemos de técnicas microscópicas cuya utilidad
estriba en poner de manifiesto los elementos formes de la sangre. Así mismo se
cuenta con técnicas cristalográficas, basadas en la existencia de ciertos
derivados de la hemoglobina que tienen tendencia a cristalizar sales
halogenadas de la hematina y el hemocromógeno. También se pueden aplicar
técnicas espectroscópicas, cuyo objetivo consiste en obtener el espectro de
absorción de la hemoglobina y de alguno de sus derivados, como prueba de la
naturaleza sanguínea de la mancha. De igual manera, se puede hacer usos de las
técnicas cromatográficas para aprovechar la propiedad físico-química de la
hemoglobina, misma que le confiere una movilidad cromatográfica concreta cuando
se desarrolla en un solvente adecuado.
Por otra parte se establece que,
estudiando el ADN de una persona se puede conseguir su individualización, ya
que esta sustancia es la encargada de transmitir la vida y, con ella, todas las
características de la persona, por lo que se le ha denominado “código
genético”.
En conclusión, en la comisión
de un delito con violencia, inevitablemente el cálido líquido purpurino no cesa
de brotar, correr y macular la escena de la tragedia. De ahí que la mano
criminal, armada de un palo, cuchillo o arma de fuego, deje siempre a su alrededor,
una estela biológica perdurable: “la sangre”.
Este indicio suele ofrecer como
indicio mudo, pero elocuente, inapreciables datos sobre las circunstancias del
hecho, así como acerca de la identidad de sus autores. El sueño del hematólogo
forense de asociar una mancha de sangre con una persona en particular, es hoy
una realidad, gracias a las técnicas de estudio y análisis del ADN.
2. ESTUDIO DEL SEMEN
El líquido espermático está
constituido por espermatozoides y plasma seminal. Los espermatozoides están
compuestos por tres partes: cabeza o núcleo, porción intermedia y cola. El
plasma seminal está compuesto por sustancias bioquímicas, antigénicas,
enzimáticas, lípidos y minerales.
Rastreo de las manchas o indicios
seminales
Con este propósito, deben
aprovecharse todos los recursos disponibles, a saber: luz natural, luz
artificial, luz ultravioleta, tacto, óptica de ampliación, etcétera. Si se
trata de espacios cerrados, habrá que buscar dichos indicios en el piso, las
paredes, los muebles, en las ropas de cama, prendas de la víctima y del sospechoso,
en las toallas, pañuelos y papeles que pudieron haber servido para limpiarse
los órganos genitales después del acto sexual. Así mismo los órganos genitales
de la víctima y del victimario deben ser motivo de un minucioso examen.
Levantamiento y envío de las
manchas
En el caso de manchas secas hay
que desprender con mucho cuidado las costras y depositarlas en un tubo de
ensayo; conviene separar cada zona topográfica. Si se encuentra en telas u
objetos transportables, deben enviarse sobre su mismo soporte al laboratorio,
procurando no friccionarlas para evitar la destrucción de los elementos formes
(espermatozoides); ahora bien. Si las telas no son transportables, conviene
recortar la mancha un centímetro más allá de su contorno y embalarla
cuidadosamente. Si el soporte es un objeto sólido no transportable, hay que
macerar con suero salino fisiológico y recoger el líquido resultantes con una
pipeta y envasarlo.
En conclusión, el líquido
espermático es un indicio que se encuentra casi siempre en las agresiones con
componente sexual. Por ello, hay que buscarlo en el escenario del crimen, en la
víctima y el sospechoso, dado que su examen permite reconstruir los hechos e
identificar a sus autores. Sus características bioquímicas, antigénicas,
enzimáticas, lapidad y minerales, al igual que la presencia de sus elementos
formes (espermatozoides), permiten determinar que una mancha es de semen.
La investigación de aglutinógenos,
en el caso de que la persona sea secretora y así mismo, la de isoenzimas
permite excluir sospechosos. La individualización resulta posible mediante la
determinación del código genético (ADN), aun cuando se trate de manchas muy
pequeñas o diluidas, pues siempre será factible encontrar espermatozoides en
número suficiente como para poder intentar amplificar el ADN con técnicas de
PCR, gracias a que el número de estos elementos formes, por milímetro de semen,
es aproximadamente de cien millones.
3. ESTUDIO DE LA SALIVA
La saliva es un indicio poco
frecuente. Sus características organolépticas, así como su débil fluorescencia,
permiten sospechar su existencia, la cual se confirma a partir de los
elementos, tanto químicos como citológicos, que distinguen su composición.
La individualización solamente se
logra a través del análisis del ADN, es decir, la determinación del código
genético, ya que el señalamiento de los sistemas grupales, solo permite
eliminar sospechosos.
4. ESTUDIO DE LA ORINA
La orina es un indicio poco
frecuente. Sus características organolépticas, al igual que su fluorescencia,
permiten sospechar su existencia, la que se confirma mediante los elementos que
distinguen su composición. La individualización mediante los sistemas grupales
es poco confiable, no así con las técnicas genéticas, ya que puede contener
células en suspensión de las que extraer ADN.
5. ESTUDIO DEL ESCREMENTO
Sólo en raras ocasiones se
encuentra excremento en el escenario del delito y, cuando así ocurre, es como
resultado de la excesiva tensión nerviosa del delincuente. Sin embargo, también
hay casos en los que se deja este indicio (en forma deliberada) cual práctica supersticiosa.
Las materias fecales rara vez han servido para identificar al delincuente. En tales
casos, la existencia de parásitos intestinales constituye valiosos indicios que
orientan el curso de la investigación; sin embargo, es la presencia de sangre
la que puede convertirse en un factor determinante para establecer la identidad
del criminal. En conclusión, muy rara vez ha servido el excremento como indicio
seguro para la identificación del autor de un delito; no obstante, la presencia
de parásitos intestinales y, en particular de sangre, si permiten llevar al
éxito una investigación pericial.
6. ESTUDIO DEL SUDOR
Señala el autor que, la tensión
nerviosa produce en algunos delincuentes abundante sudoración, misma que mácula
sus vestidos. Mediante si composición química, así como por algunas de sus
características organolépticas, resulta factible su identificación. La
determinación de grupos sanguíneos en los secretores, permite descartar
sospechosos.
Autor: Mariana La Greca
Estoy estudiando y asimilando palabras tecnicas,como también frases correctas de expresión cuando se este en la escena y/o lugar de los hechos.que me ayudan a tener una buena comunicación. Gracias por.permitir este material.
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